La huella salvaje con la que se fundó Roma
Presente en leyendas y cuentos que se han transmitido por generaciones, el lobo forma parte incluso de la misma fundación de Roma. Ascanio, hijo de Eneas (el héroe troyano) fundó cerca del río Tíber la ciudad de Alba Longa. Pasadas varias generaciones, Numitor llega al trono, pero su hermano, Amulio, lo derroca y para que no hubiera quién pudiera disputarle su reinado, mata a toda su descendencia menos a su hija Rea Silvia, a ella la condena a convertirse en sacerdotisa de Vesta, lo que la obligaba a permanecer virgen.
Sin embargo, el dios de la guerra, Marte, engendra en Rea Silvia a dos gemelos, Rómulo y Remo. Al nacer, ambos fueron arrojados al Tíber dentro de una canasta, pero antes de llegar al mar son hallados por una loba llamada Luperca, quien los recogió y amamantó en su guarida hasta que fueron encontrados por un pastor, los gemelos serían criados por la esposa de éste.
Ya adultos, los mellizos recuperan el trono de Alba Longa y lo restituyen a Numitor. Éste, en agradecimiento, les permite fundar una ciudad en alguna parte del territorio, Rómulo y Remo eligen la ribera derecha del Tíber, en el lugar donde habían sido amamantados por la loba.
Del mito a la realidad
El Canis lupus iItalicus, lobo italiano o lobo de los Apeninos es una subespecie de lobo gris que habita en los bosques de Italia, en años recientes también ha sido visto en el sur de Francia, Suiza y en algunas partes de España.
Es de talla mediana, los machos pesan entre 30 y 35 kg mientras que las hembras de 20 a 25 kg. Mide de 100 a 140 cm, su altura es de aproximadamente 50 a 70 cm. Su color oscila entre el gris y el marrón, aunque hay algunos especímenes negros que han sido vistos en la Toscana recientemente. Tiene extremidades largas y son grandes corredores, pueden cubrir más de 30 km al trote.
Cazador nocturno, se alimenta principalmente de mamíferos de tamaño medio como ciervos y jabalíes, cuando escasean este tipo de animales también puede consumir especies pequeñas como conejos o liebres. Su sentido más desarrollado es el olfato, puede detectar a una presa a una milla de distancia. Consume de 1.5 a 3 kg de carne diariamente. Debido a la escasez de presas grandes, los lobos italianos suelen ser más pequeños que el promedio.
La estructura social de la manda está formada por una pareja dominante y un individuo o pareja beta que funciona como jefe adjunto. Dentro del grupo, es un animal que cuida a los lobos enfermos y protege a los cachorros, el comportamiento de un grupo bien organizado es parte de la estrategia de supervivencia. Cimenta todo su poder en la inteligencia y en la fuerza del clan. El tamaño de las manadas depende principalmente de las zonas donde viven y cazan, puede tener entre seis y siete miembros o llegar a los 20 o 30. A veces un lobo puede dejar la manada y vagar solo por algún tiempo antes de ser aceptado por un nuevo grupo, aunque la mortalidad de los individuos solitarios es muy alta y no suele ser tan común.
Al nacer una camada, la manada protege a los cachorros. Se reproducen entre marzo y abril, el periodo de gestación es de dos meses y tienen entre dos y ocho cachorros. Los lobeznos pesan entre 250 y 350 gr al nacer y son amamantados por la hembra durante los primeros dos o tres meses. A partir del cuarto mes los cachorros son capaces de digerir carne. Los lobos más jóvenes se ponen a prueba constantemente y sólo los más fuertes e inteligentes podrán dominar sobre los demás.
Protegiendo a la especie
A principios del siglo pasado comenzó su persecución en los Apeninos, rápidamente la población disminuyó hasta que desapareció por completo de los Alpes y en Sicilia. En los años setenta se calcula que la población llegó a los 100 ejemplares. En 1973 se organizó un plan de conservación promovido y apoyado financieramente por la Associazione Italiana para la World Wildlife Fund (WWF). Este proyecto comenzó a rendir frutos, en 1983 se calcula que había una población de alrededor de 200 lobos y a finales de los noventa, habían logrado aumentar su número a 400.
Actualmente gran parte de la zona de los Apeninos ha sido repoblada, además existen rastros de manadas que han llegado a los Alpes occidentales y a Francia, en especial en el Parque Nacional de Mercantour y apariciones ocasionales en Suiza, lo que parece confirmar que en el mediano y largo plazo el lobo italiano puede regresar a sus territorios de caza originales.
Texto: Alicia Gutiérrez ± Foto: SHUTTERSTOCK / FRANCESCO RICCIO / NELLO LATINI