La diversidad biológica en las regiones boreal, subpolar y polar han sido afectadas por calentamiento global, el retroceso del hielo marino y el aumento de la acidificación de los océanos

Las afectaciones provocadas por el ser humano a la multiplicidad orgánica del planeta, sus ecosistemas y al medio ambiente en todo el mundo, ha sido impactante en los últimos años, según reporta la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés).

El ritmo mundial de extinción de especies está fijado entre un mínimo de decenas y cientos de veces superior a la media de los últimos diez millones de años, y se está acelerando. Las actividades humanas han conducido a la desaparición de por lo menos 680 especies de vertebrados desde 1500. En promedio, según los criterios de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, alrededor del 25% de las especies de animales y plantas evaluadas están amenazadas, lo cual hace pensar que aproximadamente un millón están en peligro de desaparecer del planeta.

El Índice Planeta Vivo, que sintetiza las tendencias entre las poblaciones de vertebrados, muestra que las especies han disminuido rápidamente desde 1970, con una reducción del 40% de las terrestres, 84% de agua dulce y del 35% de las marinas.

Las previsiones indican que la diversidad biológica en las regiones boreal, subpolar y polar disminuirá, principalmente a raíz del calentamiento global, el retroceso del hielo marino y el aumento de la acidificación de los océanos. En la Lista Roja de especies que viven cerca de los casquetes polares o en zonas con nieve, aparecen los siguientes especímenes:

El oso polar aparece en la lista de especies en peligro de extinción.

Oso polar

Considerado el ‘gigante del Ártico', requiere de grandes cantidades de carne para subsistir, siendo las focas sus presas elegidas, por ello, necesita de grandes superficies de hielo marino para atraparlas, ante la dificultad que le representa hacerlo dentro el mar.

A causa del aumento de la temperatura de los océanos, cada vez son más prolongados los periodos sin hielo en su hábitat, dificultando la dieta de este depredador, ubicado al frente de la cadena alimenticia; además, se ven afectados sus estadios de hibernación, al no localizar sitios dónde realizarla.

Recientemente, se ha descubierto que las nuevas generaciones de osos polares son de menor peso y talla que las de sus antecesores, debido a la dificultad de contar con sitios para la cacería de focas. Lo anterior, va ligado a la prolongación de congelamiento del mar, haciendo largo su periodo de ayuno. Esto los ha obligado a lanzarse al mar y nadar kilómetros, en busca de territorios de caza.

En cuanto a las hembras, actualmente tienen crías con menor frecuencia y en un número decreciente, que a su vez presentan una tasa más baja de supervivencia.

Otro riesgo es la cacería furtiva de la especie, así como los derrames petroleros. Se calcula que en el mundo hay entre 20 mil y 25 mil osos polares, distribuidos en 19 subpoblaciones.

El leopardo de las nieves, víctima de los seres humanos.

Leopardo de las nieves

Dotado de unas poderosas uñas que le permiten recorrer las elevadas montañas heladas de Asia Central, de donde es endémico, el leopardo de las nieves está en riesgo de extinción. Su número se ha reducido a unos 7 mil 500 individuos, reporta la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Habitante de lugares fríos, remotos e inhóspitos, que aparentemente se convierten en ideal para este felino, tampoco escapa al peligro del ser humano. Principal depredador en su territorio, basa su dieta en íbices y varales que han sido desplazados por los animales domésticos como yaks o caballos, llevados por las personas, restándole como alternativa descender de las montañas para cazar ganado y así sobrevivir, convirtiéndose en presa de los campesinos, que lo consideran un invasor de sus tierras y su ganado.

Entre la pérdida de su hábitat natural, la cacería furtiva y los impactos del cambio climático, el peligro de la desaparición del felino aumenta. La labor de instituciones, como Snow Leopard Trust y Save Our Species, ha buscado la coexistencia entre los humanos y los leopardos de las nieves, y eso incluye la obtención fondos económicos para sufragar los costos derivados de la merma del ganado, y concientizar a las comunidades locales sobre la conservación de la especie.

Apreciado por los habitantes como un animal sagrado, la Snow Leopard Conservancy ha retomado esa práctica cultural, para integrarla a su programa, a través de Land of The Snow Leopard Network. El reto es reubicar al leopardo de las nieves, que tiene como hábitat Kirguistán, Tayikistán, Rusia, Kazajistán, Pakistán y China.

El colmillo del narval promedia los dos metros de longitud.

El diminuto kril es la base de la cadena alimenticia oceánica.

Narval

La naturaleza tuvo un momento ocurrente con el narval, una singular especie que aparenta ser una cruza entre una pequeña ballena y un mitológico unicornio, por su largo colmillo en espiral de más de 2 metros que sobresale de su cabeza.

El hábitat de los narvales son las frías aguas del norte de Canadá, Groenlandia, Noruega y Rusia, donde es observado cuando emerge a la superficie para respirar, luego de largas y profundas inmersiones. El constante tráfico de buques en el mar del Ártico para la transportación de petróleo y gas son un problema para los narvales, al colisionar con las embarcaciones, aunado a la contaminación del agua y los derrames de petróleo y combustible.

La maquinaria empleada para extraer el petróleo, las construcciones marinas y las maniobras militares en las zonas árticas, provocan una persistente contaminación acústica submarina, reporta la organización World Wildlife, y considerando que los narvales dependen del sonido para sobrevivir, toda interferencia acústica en su hábitat les afecta negativamente en diversas actividades como la localización de peces para alimentarse, cuidar a sus crías, evitar los depredadores, e incluso encontrar pareja. También son perseguidos por cazadores, quienes buscan atraparlos para despojarlos de su largo colmillo.

La mayoría de las especies de pingüinos habitan en el polo sur del planeta.

La población mundial de pingüinos se ha visto afectada por el aumento de la temperatura del mar.

Pingüinos

El hábitat de la mayoría de las 18 especies de pingüinos que existen, según la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza, se ubican en el sur del planeta, donde cohabitan en colonias; de ellas, más de la mitad están catalogadas como en riesgo. Las principales amenazas son el calentamiento global, la contaminación de los océanos, el arribo de especies invasoras y la sobrepesca de su base alimenticia. Otro peligro es el que queden atrapados en las redes de arrastre de los buques pesqueros.

Un estudio de SEO/Birdlife reporta que hay ciertas especies de estas aves que están en gran peligro, como el pingüino de las Galápagos, del cual solamente sobreviven mil 200 especies, así como el pingüino Emperador y el pingüino de Adelia, cuyo número se ha reducido drásticamente, según un reporte de World Wildlife, que estima que cada medio grado centígrado de elevación en la temperatura del mar, afecta el futuro, no solamente de los pingüinos, sino de todos los pobladores del mar.

Debido al aumento de los grados del mar, todas las especies de pingüinos han visto afectada su dieta, que se basa especialmente en peces, trayendo como consecuencia la desaparición de su alimento, y la disminución de sus zonas de reproducción e incubación, con la reducción de los hielos eternos, lo que influye en su número de habitantes.

Se tiene registro de la existencia de 85 especies de kril.

Kril

Este diminuto crustáceo es la base de la pirámide alimenticia de los océanos. Su importancia radica en que sus cardúmenes son el eslabón esencial de la cadena trófica del ecosistema antártico, y es principal sustento de las ballenas azules y jorobadas que migran a la Antártida para consumirlo en cantidades superiores a las tres toneladas cada una.

Sin embargo, no solamente las ballenas se han visto afectadas por la desaparición del kril, también los pingüinos, focas, aves y peces que buscan satisfacer sus requerimientos energéticos.

La elevación de la temperatura de los mares, así como su pesca humana excesiva para la producción de harina de pescado y píldoras de Omega 3, han dado como resultado una disminución en su número, el cual es millonario, pero sus consumidores primarios lo requieren para mantenerse con vida.

La organización Greenpeace reporta la existencia de 85 especies de krill, siendo el krill antártico el más grande, con 5 cm de longitud, algunos de ellos con bioluminiscencia, es decir, que generan luz propia. 

Texto: Ricardo Villanueva ± Foto: Amazonaws, EAP, Astelus, H17, Animals, Ocean Graphics, Entretenimiento