Descubrir lo que se oculta tras el horizonte es el desafío que impulsa a viajar siempre en busca de la ciudad más lejana. En la inmensidad del orbe el ser humano se encuentra con que el caos y el orden se unen para formar magníficos escenarios en los cuales las condiciones de vida son tan extremas como su belleza.

Incluso ahí, donde se hallan las estructuras, la escala humana persiste gracias al ingenio del diserto. Quienes se atreven a experimentar la vida en las ciudades saben que función y estética deben actuar al unísono en su vestimenta. Y cuando el atuendo se utiliza como un modo de adaptarse al entorno las ideas más elocuentes surgen. Éstas son retomadas por la moda de invierno para proponer audaces formas de abrigarse impregnadas de la aventura que esvivir el invierno viajando.

 

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Latitud Norte 

Viajar por latitudes cercanas a Europa es encontrarse con un clima gris y helado que fácilmente se puede violentar. Para estas duras condiciones la tecnología ofrece soluciones que protegen del viento, el frío y el agua. Novedosas formas de aislamiento que permiten transpirar sin que el agua entre. 

 

 

Latitud Sur 

El deseo de estar en la ciudad instintivamente sugiere dirigirse a Paris donde las aguas y el cielo son de un intenso azul grisaceo. Para los entusiastas de la evasión la comodidad se complementa con la innovación de prendas con los vibrantes colores y accesorios tecnológicos como gafas o suelas antiderrapantes. 

 

 

 

Longitud Este 

Las ciudades de Italia, son lugares de una misteriosa belleza donde impera el sentimiento de haber alcanzado el centro del mundo. Para relajarse en este ambiente tan particular lo mejor son prendas tan acogedoras como funcionales, gruesos suéteres, chalecos o parkas.  

 

 

Longitud Oeste
Viajar en dirección donde se pone el sol ha sido fuente de descubrimientos, para reducir la fatiga de las grandes travesías las técnicas usadas en la ropa de los atletas o astronautas son de gran ayuda. La fórmula consiste en vestir con una capa interna que mantenga el calor y sea grata al contacto con la piel, como ropa térmica de lana o algodón, y se cubren con prendas externas de un volumen suficiente para contenerlos, por ejemplo chaquetas y cazadoras adaptables a todo tipo de circunstancias. 

 

 

Montaña Abajo

Originalmente, el esquí no se inventó como un deporte, sino como un medio de transporte en países donde la nieve domina varios meses del año. Luego se convirtió en una glamorosa afición para la cual se diseñan prendas especiales, anorak y atuendos de microfibras. Las firmas de moda le imprimen sofisticación que en el atuendo del esquí ya es tan importante como el desempeño de las prendas activas. 

 

 

 

Texto: Martha Jauffred ± Foto: Cortesía de las marcas