Colorida e intrincada cocina francesa  para deleitar cada rincón de los sentidos.

A través de las puertas de la casa de Fontjoncouse, y pasando el salón de recepción, le espera un pequeño cuarto con un famoso “viejo pozo.” A medida que los ojos se van ajustando a sus alrededores, descubrirán una habitación llena de luz, iluminada por resplandecientes candelabros que exponen hojas blancas en las paredes, marcos expuestos de madera y grandes ramos de flores.

Sobre la mesa, un toallero caliente; a un lado, un plato de porcelana con pan recién horneado; al otro costado, una pintoresca botella de aceite de oliva virgen; flor de sal en un pequeño frasco. Todo lo básico para comenzar una comida inolvidable.

Los camareros, mayordomos y sommeliers ocupan el mismo espacio pero se mueven en armonía alrededor de diferentes órbitas, siempre de buen humor. Su atuendo no es estricto, y sin embargo es impresionantemente elegante.

El chef ejecutivo Gilles Goujon, distinguido por 3 estrellas Michelin, busca perfeccionar sus platos; revisitarlos y explorar día con día su presentación y sabor.

En esta cocina mediterránea destacan: el huevo de gallina “Carrus” con trufas melanosporum sobre un puré de setas y trufas, brioche caliente acompañado de un capuchino; y el filete de salmonete, con manzana rellena de brandada y cebolletas en “bullinada”, y espuma de azafrán.  

El chef Gilles Goujon cuidando todos los detalles para que la comida sea un placer.

Tres estrellas Michelin bien ganadas al cuidar tanto el sabor como los detalles, por ello la cuisine française es una de las mejores del mundo.

Tres estrellas Michelin bien ganadas al cuidar tanto el sabor como los detalles, por ello la cuisine française es una de las mejores del mundo.

Texto: Andrés Ordorica ± Foto: aubergeduvieuxpuits.fr