Las construcciones de Le Corbusier (foto inferior) y el Museo Paul Klee, al igual que las creaciones del mismo Paul Klee y H. R. Giger le han dado la vuelta al mundo por la genialidad con la que fueron concebidas.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts,Creatividad helvética, Modulor Medium (1956), litografía original de Le Corbusier. Modulor Medium (1956), litografía original de Le Corbusier.

 

Innovadores como Le Corbusier, Paul Klee y H. R. Giger, poseen el reconocimiento mundial por sus obras, algunas consideradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, incluido el original Museo Paul Klee, donde son resguardadas las creaciones del pintor.

Por su trascendencia en su quehacer profesional, cada uno de estos ciudadanos suizos dejó una herencia cultural para la posteridad, con conceptualizaciones que inspiraron a sus contemporáneos, a la vez de promover, sin proponérselo, movimientos transformadores de las artes.

 

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Le Corbusier y su obra arquitectónica

Charles-Edouard Jeanneret, Le Corbusier (1887-1965), vio la luz en La Chaux-de-Fonds, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y donde se ubica su primera obra experimental en las que empleó sus técnicas iniciales de construcción como arquitecto independiente: la Maison Blanche, erigida para sus padres en 1912. Por su trascendencia, desde 2005 fue calificada como monumento nacional y convertida en un museo.

El concepto arquitectónico de Le Corbusier respecto a los inmuebles era el de ‘unidad habitacional’, e incluía muebles funcionales y el equipamiento de las habitaciones. Estas ideas dieron rienda suelta a la internacionalización en la arquitectura y el urbanismo, influyendo en el diseño de las ciudades del siglo XX.

Como reconocimiento a su herencia arquitectónica, la Unesco declaró Patrimonio Mundial 17 edificaciones de Le Corbusier, localizadas en diversas naciones. De ellas, dos están situadas en Suiza: Villa Le Lac, en Corseaux, Vevey, e Immeuble Clarté, en Ginebra.

Villa Le Lac, con fecha de construcción 1922-1924, fue habitada por los padres de Le Corbusier, y en la actualidad es un museo y monumento histórico. En la edificación, de una planta de 64 m2 Le Corbusier aplicó su concepto ‘máquina de habitar’, que postula la sencillez y la abstracción de la arquitectura, basado en el ‘modulor’, un sistema de medidas del cuerpo humano donde cada dimensión se relaciona con la anterior por el número áureo, como medida base en las partes de la arquitectura.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts,Creatividad helvética, Chaise longue, diseño de Le Corbusier. Chaise longue, diseño de Le Corbusier.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts,Creatividad helvética, Cite Radieuse, en Marsella, obra de Le Corbusier. Cite Radieuse, en Marsella, obra de Le Corbusier.

 

Las claves en Villa Le Lac están en el uso de una planta abierta, gracias a la estructura en hormigón armado cubierto de un revestimiento de pequeñas tablas de chapa galvanizada –de ahí el nombre ‘máquina de habitar’– y la ‘ley de Ripolín’, formulada por Le Corbusier en L’Art décoratif aujourd’hui que justifica las paredes blancas, eliminando los espacios oscuros, y cambiar los objetos-sentimientos eclécticos de las casas tradicionales por objetos-herramientas funcionales.

El Immeuble Clartè (1930-1932) nació a solicitud del industrial suizo Edmundo Wanner a Le Corbusier. Fue el primer edificio residencial del suizo después del diseño de una serie de villas. Construido con elementos ensamblados con soldadura autógena, se convirtió en un símbolo de la modernidad ginebrina. Con el paso del tiempo estuvo amenazada en varias ocasiones con la demolición, y preservado por la movilización de la comunidad arquitectónica.

Debido a su deterioro, en la primera década del actual siglo se realizaron obras de restauración total al Immeuble Clartè, devolviéndole su apariencia original. Se caracteriza por sus plantas libres de pilares en el interior, ventanas horizontales de piso a techo y terraza-jardín; tras ser remozado, en 1986 quedó catalogado como parte del acervo de la ciudad. La última creación de Le Corbusier fue el Pavillon Le Corbusier, en Zúrich, inaugurado en 1967.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts,Creatividad helvética, Paul Klee (1922).  Paul Klee (1922). 

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts,Creatividad helvética, Museo Zentrum Paul Klee, del arquitecto Renzo Piano. Museo Zentrum Paul Klee, del arquitecto Renzo Piano.

 

Paul Klee y la música

Favorecido por una larga tradición pictórica, como el impresionismo, expresionismo, cubismo y surrealismo, Paul Klee (1879-1940) crea un perfil personal en sus obras, al transfigurar la noción del paisaje, los objetos y el color. Introdujo el principio de la pintura como una aventura y desplegó paralelamente reflexiones notables sobre el papel del arte en la vida, compendiada en su frase “El arte no reproduce lo visible, sino que lo hace visible”.

Apasionado de la música –era un connotado violinista–, junto con su esposa, la pianista Lily Stumpf, realizaban conciertos en casa, y eso quedó reflejado en su obra pictórica al trazar líneas finas y gruesas, y marcar direcciones que van y vienen al ritmo de la música. También incursionó en la escritura, la filosofía y la enseñanza.

Sobre este último punto, atendiendo la solicitud de Walter Gropius, quien pidió a los arquitectos, escultores y pintores regresaran al trabajo manual y establecer una nueva comunidad entre artesanos y artistas, Klee se convirtió en maestro en la Escuela de la Bauhaus, donde enseñó Teoría del color durante 10 años (1921-1931); ahí mostró a sus pupilos la línea, el movimiento, la naturaleza y los matices, conectados con la música, al escuchar a los grandes compositores y convertirla en formas, líneas y tonalidades.

Su máximo legado artístico son sus figuraciones y pinturas abstractas, tanto en óleo como acuarela. Su manera de retratar y exponer su visión de las cosas es aparentemente simple y eso lo hace atractivo al espectador.

Influenciado por el manejo del color de Vasili Kandinsky, Pablo Picasso, Franz Marc y George Braque, Klee publicó diversas teorías sobre su pasión por el color. También buscó la inspiración de maestros anteriores como Henri de Toulouse-Lautrec, Vincent van Gogh y Paul Cezanne, al igual que Francisco de Goya y Edouard Manet.

La presentación de Klee en el MoMa de Nueva York resultó histórica, al ser la primera exhibición de un artista europeo en vida en sus instalaciones, como sucedió en Alemania y Francia.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts,Creatividad helvética, Senecio o Cabeza de un hombre senil (1922), Paul Klee. Senecio o Cabeza de un hombre senil (1922), Paul Klee.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts,Creatividad helvética, Alfombra vintage, Paul Klee. Alfombra vintage, Paul Klee.

 

Hans Rudolf Giger y el horror

El arte oscuro y perturbador de H. R. Giger (1940-2014) tenía un grupo de seguidores, el cual se acrecentó a nivel mundial al aportar la criatura principal y los escenarios de la película de ciencia ficción ‘Alien, el octavo pasajero’ (1979) del cineasta Ridley Scott. El resultado fue tan exitoso que recibió el Premio Óscar de 1980 en la categoría los Mejores Efectos Visuales.

Giger retornó con su criatura en ‘Alien 3’ (1992), luego de la negativa de director James Cameron de aceptarle los diseños de ‘Aliens, el regreso’ (1986). Volvió con Ridley Scott para ambientar ‘Prometheus’ (2012), precuela de ‘Alien, el octavo pasajero’.

La creación más conocida de Giger es el monstruo de Alien; sin embargo, sus colecciones abarcan otras obras surrealistas, la mayoría monocromáticas, con imágenes de quimeras, que incluyen humanos mezclados con máquinas (biomecanoides). La inspiración proviene de las producciones literarias y artísticas de Gustav Meyrink, Jean Cocteau, Alfred Kubin y H. P. Lovecraft.

El artista estudió arquitectura y diseño industrial, y sus primeros trabajos a tinta y óleo atrajeron a Salvador Dalí, quien vio en su colección la resurrección del movimiento surrealista. Sorprendido por los personajes y ambientaciones fuera de este mundo, Dalí llevó a Giger con el chileno Alejandro Jodorowsky, quien tenía el millonario proyecto de la película ‘Dune’, donde actuarían Dalí, Orson Wells, la banda de rock Pink Floyd y el cantante Mick Jaeger. Giger sería el encargado de parte de la escenografía.

La ambiciosa cinta no se llevó a cabo, pero le sirvió Giger para dar a conocer su talento, que lo llevó con Ridley Scott, quien ya sabía de la obra del suizo por el libro de arte Necronomicon.

La descripción detallada de sus seres “biomecanoides” realizadas con aerógrafo, muestran la ambivalencia del hombre hacia los avances científicos que pueden alterar la naturaleza del cuerpo humano. Posteriormente creó esculturas con formas más turbadoras, proyectos arquitectónicos y diseño de interiores, incluido el mobiliario.

Parte de su herencia artística está en el Museum HR Giger, un castillo ubicado en el pueblo medieval de Gruyères, en Suiza –adquirido por el mismo Giger–, donde se resguardan 600 obras de autores surrealistas, como Salvador Dalí, Ernest Fuchs, Dado, Bruno Weber, Günter Brus, Claude Sandoz, Francois Burland, Friedrich Kuhn, Joe Coleman, Sybille Ruppert, André Lassen y David Hochbaum. Y para promover a las nuevas generaciones de artistas surrealistas, cuenta con el Centro de Arte Fantástico.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts,Creatividad helvética, H. R. Giger y sus obras surrealistas, con imágenes que incluyen humanos mezclados con máquinas (biomecanoides). H. R. Giger y sus obras surrealistas, con imágenes que incluyen humanos mezclados con máquinas (biomecanoides).

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts,Creatividad helvética, H. R. Giger y sus obras surrealistas, con imágenes que incluyen humanos mezclados con máquinas (biomecanoides). H. R. Giger y sus obras surrealistas, con imágenes que incluyen humanos mezclados con máquinas (biomecanoides).

 

Museo Zentrum Paul Klee entre montañas

Para resguardar y exhibir las obras y la memoria histórica de Paul Klee se requería de un recinto único: el Museo Zentrum Paul Klee, del arquitecto Renzo Piano. Localizado en Berna, Suiza, almacena 4,000 de las casi 10,000 cuadros del artista, entre cuadros, acuarelas y dibujos, y material biográfico.

Piano creó el museo en 2005, con espacios de exposición, área para niños y salones para música y eventos. En su proceso creativo, lo imaginó como una cueva llena de tesoros, y al igual que Klee, combinó materiales y le dio una forma original a la construcción que tiene como fondo los Alpes.

Al visitar el terreno donde se ubicaría el museo, el pensamiento de Piano fue aprovechar el entorno con una composición que pudiese ser apreciada desde cualquier ángulo. “Klee no merece un museo, sino un paisaje. Cuando conocí el lugar lo miré como una escultura de tierra que debía trabajarse como un campesino”, anotó Piano en su momento.

El museo recuerda la simplicidad de los trazos de Klee, convirtiéndose en una obra de arte por sí mismo. Consta de tres montañas de diferentes dimensiones, levantadas desde y hacia el terreno, con parte de la edificación bajo tierra.

Considerando el clima del lugar, con inviernos nevados, se emplearon en su fabricación más de 40 km de vigas transversales de acero, soldadas a mano entre sí, similar al proceso de fabricación de un barco. Las fachadas acristaladas, de 150 m de longitud, están suspendidas del techo para ser ajustadas y así compensar la deformación que produce la presión del viento, las temperaturas extremas y el peso de la nieve.

Al ser las pinturas muy susceptibles a la luz, fueron colocadas pantallas de control de luz natural. Los pisos interiores son de roble, con miles de pequeñas ranuras que dan paso al aire fresco a través de ellas. Para disminuir el impacto ambiental, a la vez de hacer sustentable el lugar y reducir el consumo de energía, se colocaron vidrios dobles, que garantizan la menor pérdida energética durante el invierno (23 °C) y climatización en verano (21 °C). Esto es vital, al permitir una desviación del 5% las condiciones exigidas a los museos y las aseguradoras para el préstamo de obras.

Por último, y no por ello menos importante, la protección a los trabajos de Klee admiten una exposición a una intensidad de 50 a 100 lux como máximo, para así evitar su desvanecimiento con el tiempo. 

 

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Texto: Felipe Gómez ± Foto: : Dylan Morval Artmajeur, Galerie Fall, Cassina, Zenda libors, Simon Zenger, Arthive, Auctionlab, Hans Rudolf Giger, New York Times, mxcity