Las costas chilenas presentan sorpresas y fascinantes contrastes, con bahías hermosas y salvajes. Chile se extiende desde el Trópico de Capricornio hasta la Patagonia, con gran variedad de climas y paisajes. En este viaje quisimos conocer dos de las más insólitas costas de ese país: la Isla de Pascua y la costa central, desde Pichilemu hasta Zapallar, un recorrido que incluye Viña del Mar y Valparaíso.

Hermosa ciudad en la costa del Mediterráneo, donde se mezcla arquitectura gótica, barroca, modernista y moderna. El puerto ha sido completamente renovado para la Copa América, y ofrece marina excepcional.

Con costa en esos dos países, el mar Muerto se sitúa 416 m bajo el nivel del mar, tiene 75 km de largo y 6 a 16 km de ancho. Su fuerte concentración de sal (33 %) no permite vida animal o vegetal, y la gente flota sin posibilidad de hundirse.

Entre Bella Bella y Prince Ruppert, la costa de British Columbia es una enigmática región de fiordos y canales en medio de las montañas cubiertas de nieve, ofreciendo un fabuloso paisaje adornado de cascadas donde encontramos osos y ballenas.

Enclavada en la zona meridional de Asia, Myanmar es el nombre que utilizan los lugareños para describir su hogar, el mismo al que los británicos llamaron Burma, Birmania en español. Desde 1989 se ha reivindicado su nombre original para denominar a esta zona también conocida como “Tierra del Oro”, por sus riquezas naturales y la generosidad de su clima.

Cada país tiene sitios y hoteles de gran encanto. En Chile hay dos ciudades atractivas, Santiago y Viña del Mar, con hoteles lujosos y seductores que invitar a visitarlos.

Al norte de la provincia de Québec existe un mundo desconocido, habitado por los inuits de Canadá. Mundo en el que las sombras se alargan, el sol desaparece a medianoche para surgir dos horas más tarde, y el eterno invierno se cubre con una capa blanca, vistiendo el mar con hielo.

El invierno es la temporada más larga. La primera nieve cae en la mitad de septiembre, los lagos, los ríos y las bahías se congelan.