Hay quienes aman Moscú, y quienes lo odian. La razón es simple, se trata de una ciudad de intensos contrastes. Moscú es un microcosmos de la Rusia moderna y de todo lo que representa: al mismo tiempo sombrío y hermoso, hedonista y devoto.
Dirigido a un público exquisito y exigente, fue inaugurado el pasado mes de abril el Palacio de San Agustín, el primer Hotel Museo en su tipo de América Latina con su historia, mobiliario, diseño arquitectónico y colección de arte, que lo hacen un lugar único.
El Hotel Kempinski Moika 22 está alojado en una mansión de San Petersburgo diseñada por Basil von Witte en 1853, durante el reinado del Zar Nicolás I. La clásica fachada del edificio ha sido conservada, mientras que el interior ha sido completamente reconstruido y decorado con antigüedades del período, logrando un alojamiento hotelero de gran exclusividad.
En una ubicación ideal, al otro lado del río Moskva visto desde el Kremlin, en el corazón histórico y cultural de Rusia, el Hotel Baltschug Kempinski Moscú constituye la base perfecta para todo viajero que desee explorar una de las ciudades más importantes y dinámicas del mundo.
La Patagonia es un mundo simultáneamente hermético y abierto que maravilla a todo el que lo contempla. Aunque no tiene límites precisos, es una vasta región del extremo sur de Sudamérica que comparten Chile y Argentina, y que abarca tanto la región más austral de la cordillera de los Andes como las extensas llanuras orientales que terminan en el océano Atlántico.