Su nom­bre evo­ca a un zar, sin em­bar­go no se con­si­de­ra co­mo tal. Más bien, ase­gu­ra, son más de 35 años de es­tar en la co­rre­du­ría (char­ter, nue­vas cons­truc­cio­nes, ad­mi­nis­tra­ción) de ya­tes, con la bue­na suer­te de ha­cer­lo con mu­cho éxi­to, ne­go­cio que na­ció por su gus­to a la na­ve­ga­ción.

Ju­gar golf en un cam­po ubi­ca­do en el bos­que es uno de los gran­des re­tos pa­ra un gol­fis­ta. Por otro la­do, el cli­ma tem­pla­do y el di­se­ño del cam­po brin­dan sen­sa­cio­nes muy es­pe­cia­les. 

Quienes buscan un lugar ideal donde combinar el golf con el descanso, y “cargar las baterías” tras una semana de mucha presión en el trabajo, tienen en Campestre Ízar el sitio perfecto para renovarse.

Uno de los lugares ideales para descansar junto al mar es Ixtapa. Sin embargo, los golfistas no tienen tiempo para quedarse en la playa, buscan la arena pero de los bunkers.

Junto al océano Pacífico y en medio de una exuberante vegetación, el Campo de Golf Palma Real está a la espera del golfista que busca las emociones de un campo que ha sido sede de competencias profesionales, como la gira canadiense.

La magia del golf se acentúa en el campo Las Hadas, ubicado en el albo complejo turístico de Las Hadas. Diseñado por los famosos arquitectos Roy and Pete Dye, es un campo único, por lo sinuoso de su recorrido, pero con la ventaja de sus amplios fairways, los cuales “ayudan” al jugador que tiene problemas con el slice.

Hacia el sur, a poco más de media hora de La Paz, capital de Baja California, en la siempre espectacular carretera Transpeninsular –una larga cinta gris que une la Península– hay un verdadero vergel para el golfista deseoso de conocer nuevos campos.

En Acapulco, Tres Vidas y Acapulco Princess, cada uno con su estilo, son campos que merecen ser recorridos, pues los diseñadores crearon escenarios espectaculares, que han sido sede de torneos internacionales, por lo difícil de sus greens. Sin embargo, el jugador promedio puede recorrerlos con posibilidades de “robarles” un birdie.

Tres Vidas fue reabierto, en 1995, tras el rediseño de Robert von Hagge, quien se encargó de colocar sus tradicionales e innumerables jorobas y unos fairways que corren a lo largo del mar. Diez lagos e infinidad de trampas de arena ofrecen al golfista el reto de colocar siempre la pelota en el centro, sin titubeos.

En Puerto Vallarta, frente al océano Pacífico, existen tres campos a la espera de los golfistas que gustan de los retos: Vista Vallarta y Punta Mita. Como mayor atractivo, uno de los campos que presentamos –Punta Mita– incluye una isla privada, donde solamente existe el green.