En las islas Seychelles, el lujo no se mide solo en estrellas ni en metros cuadrados, sino en la capacidad de reconciliar lo esencial con lo extraordinario.

Krabi siempre ha tenido algo de cinematográfico. Sus acantilados de piedra caliza que parecen esculpidos por gigantes, sus aguas de tono esmeralda invitan a perder la noción del tiempo y la densidad de sus selvas tropicales han convertido a esta región del sur de Tailandia en un destino de culto para viajeros en busca de belleza intacta.

En pleno corazón del valle de Thredbo, donde el aire es más limpio y la montaña dicta el ritmo de los días, un nuevo capítulo se abre para los viajeros que buscan lujo relajado y experiencias al aire libre en Australia: Oaks Lake Crackenback Resort.

A orillas del Pacífico, en el punto donde el desierto se disuelve en el mar y el sol parece esconderse detrás de El Arco al caer la tarde, se levanta una de las propuestas más singulares de la hospitalidad contemporánea en México: The Cape, a Thompson Hotel.

En el universo de la navegación privada, hay quienes buscan el confort de un puerto seguro y quienes, en cambio, ansían trazar su propio rumbo hacia lo inexplorado.

Imagina hoteles como mundos cuidadosamente seleccionados, donde la frontera entre la galería y la habitación se difumina.

El Mekong, uno de los grandes ríos del planeta, serpentea a lo largo de casi cinco mil kilómetros atravesando seis países del Sudeste Asiático –China, Myanmar, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam– hasta fundirse con el mar de la China Meridional.

La cultura no está reñida con el descanso, y por ello Mandarin Oriental realizó la presentación de siete de sus destinos alrededor del planeta, con especial énfasis en el enriquecimiento cultural, uno de los cuatro pilares de la cadena.

Seis escapadas en seis hoteles donde el diseño trasciende la decoración para convertirse en una declaración impactante. Desde el maximalismo audaz y el estilo teatral hasta la artesanía sutil y el minimalismo consciente.

En el corazón de la bahía de Phang Nga, donde los acantilados de piedra caliza emergen de las aguas turquesas como esculturas míticas, se levanta uno de los últimos refugios vírgenes de Tailandia: Anantara Koh Yao Yai Resort & Villas.